El Poder de la Respiración

El oxígeno que inhalamos a través de la respiración es fundamental para el funcionamiento de nuestro organismo y esencial para la vida. Podemos prescindir algunos días de alimento, o de agua, pero de ninguna manera de oxígeno, pues moriríamos a los pocos segundos. Empezamos la vida con una inhalación y la dejamos con la última exhalación. La respiración es tan importante como nuestra existencia, sin embargo, pocas veces reparamos en ella y damos por hecho que se da de manera mecánica. Esta puede reflejar cómo estamos, pues se ve afectada por las circunstancias que rodean nuestra vida a cada momento, ya sea en lo físico, en lo psíquico o en lo espiritual. Respiramos conforme vivimos,  si estamos tensos nuestra respiración es corta y superficial, si estamos tranquilos, relajados, nuestra respiración es más larga y profunda. Desde luego esta última es la que nos trae salud, pues está en sintonía con aquello que se da naturalmente en nuestro cuerpo: la respiración pausada y amplia. Del mismo modo, nos sentimos como respiramos, podemos estar todo el tiempo apurados, angustiados, desasosegados, tristes y hasta molestos si es que respiramos mal. Tomemos en cuenta que en la sociedad actual el estilo de vida está marcado por la tensión que nos genera la presión, la competencia, la inseguridad, la aglomeración, en fin, las múltiples demandas del entorno. En cuanto a la escuela, sabemos que la tensión genera dificultades en el procesamiento de la información que maneja el cerebro. Un órgano tan complejo y especializado como el cerebro funciona en su mejor potencial si las condiciones personales están en armonía, vale decir, en estado de relajamiento. Cuando hay tensión, el cerebro interpreta lo que acontece como una amenaza y procede a dar predominio a los sistemas de sostenimiento de la vida economizando el gasto de energía en los otros sistemas. En medio de todo esto es posible para cada uno propiciar un mejor estado personal poniendo atención a la respiración, haciendo que esta se dé de manera más pausada y saludable, enfrentando  y disminuyendo la tensión. Haz un alto en tus actividades, respira de manera natural, profunda y pausadamente, inhalando por la nariz, reteniendo el aire por tres segundos y exhalando por la nariz,  sin forzar los pulmones. Cada vez que exhalas relaja tu cuerpo, soltando la tensión de los músculos. Imagina que inspiras paz, armonía, salud, alegría y al exhalar envíala a todo tu ser llenándote de todos estos sentimientos positivos. Haz de esta práctica algo cotidiano y verás manifestarse tu potencial en todo su esplendor.

Creando hábitos

Diariamente ponemos en práctica una serie de hábitos adquiridos en general de manera no intencionada es decir no porque nos lo hayamos propuesto, sino porque nuestros padres nos enseñaron, por ejemplo, lavarnos las manos antes de almorzar, cambiarnos la ropa y ponernos el pijama antes de acostarnos, ir a montar bicicleta todos los sábados en la mañana, ver ese programa de T.V. todos los días a la misma hora, etc.

Algunos hábitos buenos son placenteros, otros no tanto, pero son necesarios y nos ayudan pues nos dan orden, nos organizan y nos mantienen sanos y orientados a buenas metas de vida; aunque también existen hábitos negativos, que son aquellos que no nos benefician en nada, por ejemplo, acostarnos tarde, dejar para el final lo que tenemos que hacer, comer en exceso, etc. Los hábitos que se refieren a nosotros como individuos son llamados hábitos personales.

Compartimos también otro tipo de hábitos como aquellos denominados hábitos sociales, un ejemplo de ellos son el saludarnos cuando nos vemos, felicitar a los familiares o amigos en el día de su cumpleaños, abrir la puerta del auto a las damas , también cederles el paso, celebrar las fechas significativas para todos, como las Fiestas Patrias y otros.

Cuando somos niños nuestros padres nos enseñan estos hábitos y los practicamos siempre. Cuando crecemos podemos adquirir, a elección aquellos hábitos, que consideramos son útiles y beneficiosos en nuestra vida.

Para adquirir un hábito es importante saber lo siguiente:

¿Qué es un hábito?
Los hábitos son “disposiciones adquiridas por actos reiterados (repetidos). Pueden ser un costumbre, una necesidad, etc. .(A. Merani)”, o una decisión.
Los hábitos son conductas que repetidas constantemente pasan a formar parte de nuestro accionar cotidiano.

¿Cómo se forma un hábito?
• Por repetición diaria.
• Por “Reforzamiento Positivo” al tener una consecuencia positiva es decir cuando nos sentimos beneficiados en algo por esa conducta. Por ejemplo si deseamos adquirir el hábito de acostarnos temprano, disfrutaremos al día siguiente de mayor concentración, de mejor ánimo y nos sentiremos más descansados y felices.

¿Cuáles son los tipos de hábito?
Existen muchos tipos de hábitos, tantos como actividades despliega el ser humano. Algunos de ellos son:

Hábitos positivos. Son los que contribuyen al desarrollo personal
Hábitos negativos. Son los que disminuyen en vez de aportar a tu progreso.
Hábitos personales. Los que tienen que ver con tu persona y tu vida diaria.
Hábitos sociales. Los que involucran a muchas personas.

Decide hoy mísmo cuáles son los hábitos que contribuyen con tu vida, cuales necesitas adquirir y cuáles debes eliminar.